Estos dos chicos son lo más especial del mundo para mí. Con
ellos me adentré en el mundo de la música. Mi día a día siempre se resumía en
escucharlos, cantar sus canciones a pleno pulmón hasta quedarme afónica,
forrarlo todo con sus fotos y llegar al punto de no saber que más hacer para
que el mundo supiera lo que los quería. Luego fui creciendo, pero ellos
siguieron acompañándome en el camino, sin dejar ni un solo momento de estar ahí
para mí. Cuando llegó la adolescencia
empezaron los momentos “malos” en mi vida, los lloros por chicos inútiles, los
comederos de cabeza por cosas absurdas etc… en todo este proceso ellos seguían
estando ahí. Llegó un momento en el que me sumergí en una profunda depresión.
En ese momento no hacía nada que no fuera dormir. Pero aun sin ganas me ponía
su música y sus conciertos a ratitos y eso me sacaba una sonrisa. Sabía que si
alguien podía ayudarme a salir de ese pozo eran ellos, así que seguí poniéndomelos
cada día aun sin ganas de escuchar música. Poco a poco me fui levantando con
mucho esfuerzo hasta que llegó un día en el que una canción, una frase de ellos
en concreto, “alegra esa cara, que si no llueve y no tengo paraguas, y sal a la
calle, cruza la acera, que no pasa nada. Dile a tu almohada que yo pago el
rescate, que ya no estas secuestrada. Que ya no vives en martes. Que ya no
sueñas con tener alas.” hizo que algo tirara de mí. Me levantó, me hizo más
fuerte y me convirtió en la persona que soy hoy. Ahí tiré por la ventana todos
esos demonios que me tenían secuestrada. Luego se convirtieron en mis
compañeros de locuras, los ponía a todo volumen y me pasaban los días llena de
energía cantando sus canciones. Me han hecho reír, me han secado lágrimas, me
han ayudado a enfrentar situaciones desagradables y me han dado la vida en
muchos momentos malos. Por todo ello, no puedo estar más orgullosa de decir SOY
FAN DE ESTOPA.
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